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# 01 Aux limites de l'essentialisme ?

La Balandra (otra narrativa), revista, Buenos Aires

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En la primavera del 2011 se publicó en Buenos Aires (Argentina) el primer número de la revista La Balandra. Otra narrativa.  Una pregunta, “¿Un escritor nace o se hace?”, anunciaba el dossier de ese primer número, abría el debate e instalaba la manera en que La Balandra interrogaría a la literatura. En esa primera tapa ya se podía ver cuál era la perspectiva con la que esta revista literaria entraría, o mejor, abriría al público la dinámica del mundo literario local.

Publicación trimestral, circula tanto en versión impresa como digital, y nace en el ocaso de una década significativa para la literatura argentina contemporánea. La crisis económica de principios de siglo, años 2000 y 2001, golpeó fuertemente al mercado editorial que dependía en gran medida de las importaciones. Reducidas tanto las posibilidades de comprar libros como las de publicar, de manera insipiente y progresiva, una red de editoriales pequeñas e independientes se conformó a lo largo de la década y  permitió a escritores que nunca hubieran podido llegar a las grandes multinacionales publicar sus obras en el mercado local. El abanico es amplio y encontramos desde pequeñas editoriales chic donde el diseño es parte importante del libro hasta la editorial Eloísa Cartonera, madre del movimiento cartonero que se ha extendido por América Latina y actualmente también por varios países de Europa (Francia y España especialmente) y que acaba de ser reconocida con el Premio Príncipe Claus en Holanda.

La aparición de esta alternativa editorial les dio rienda a escritores noveles que pudieron así formar parte de un campo literario cuya dinámica se transformaba al ritmo de las nuevas publicaciones. Hacia el final de la década, el llamado mercado editorial independiente, que sin embargo no deja de ser un mercado, estaba ampliamente desarrollado al punto de haber organizado varias ediciones de la Feria del Libro independiente y Alternativa (FLIA)  donde estas casas de edición, y también los mismos autores, difunden su trabajo con una propuesta autónoma y contestataria al respecto de la Feria internacional del Libro que se celebra una vez al año en Buenos Aires donde exponen su producción las grandes editoriales multinacionales.

Sin embargo, el vínculo entre editoriales y escritores continuaba siendo complejo. Si bien el camino estaba más allanado, llegar a una editorial implicaba aún un gran trabajo para el escritor. Este trabajo también forma parte del oficio de escritor, para aquel que concibe la literatura como una práctica asociada a la publicación.

La Balandra. Otra Narrativa tiende un puente desde el centro del campo literario hacia esos escritores noveles y también hacia un público no especializado que se interesa por el movimiento que existe hoy en el campo literario argentino. Ese puente se eslabona a partir de un dossier principal que se titula Debates y distintas secciones donde la literatura es abordada como un oficio, como el resultado del arduo trabajo de escribir y donde se cuestionan ciertos presupuestos sobre este oficio. Esos cuestionamientos están en la cabeza de cualquier escritor y la revista se encarga de relevarlos y de analizarlos desde las voces de narradores ya consagrados, críticos de renombre y escritores que comienzan su carrera pública.

Por el lado de los dossiers, la pregunta que abre el primer número planta bandera. El dilema sobre si la condición de escritor es producto del trabajo o un don es tan ancestral como la literatura misma: los dioses, las musas, el genio creador o el simple trabajo diario. En esa cuestión, distintos escritores aportan sus ideas y experiencias para generar precisamente un debate que permite el intercambio y siembra en el lector el cuestionamiento y las ganas de reflexionar. Siempre, como lo dice la escritora Eugenia Almeida, con un “lenguaje limpio y despojado” 1 ,  que acerca la reflexión al público no especializado y abre la “cocina” de la literatura a los no expertos.  El objetivo de La Balandra es mostrar cómo ocurre el proceso de escritura y acercar la práctica literaria a la mayor cantidad de gente posible. Abrir el campo. Tender un puente.

En los siguientes números las preguntas ¿Corregir o no corregir? e ¿Imaginación o experiencia? continúan alimentando esa línea de debate que tiene a la tarea cotidiana del escritor como objeto de reflexión. La polémica sobre la corrección confronta categorías tales como la inspiración y la frescura versus el texto pulido y la sintaxis trabajada. “De lo que el escritor en proceso debe tomar conciencia es que el texto no se vuelve artificial, sino que lo es” 2 afirma José María Brindisi en su intervención para ese número. De la opacidad del exceso al brillo obtenido mediante la corrección es el camino que se debe recorrer para encontrar la frescura.

La dualidad que impone suponer que la literatura depende de la vida o que es exclusivamente producto de la imaginación también suscita posiciones encontradas que la opinión de distintos escritores pone de manifiesto. La escritora Mariana Enríquez desarma un lugar común y popular al respecto: “…la máxima ‘primero vivirla, después contarla’, enarbolada por muchos escritores y maestros de escritura, es, como muchas sentencias de este tipo, un eslogan. Que, además, se derrumba con dos palabras: Cumbres borrascosas 3 . Enríquez se refiere así a la vida hogareña de Emily Brönte que, a pesar de no haber vivido experiencias extremas, atravesó el tiempo vivido con tal intensidad que pudo construir personajes cuyas pasiones llegan a la fibra íntima del lector y lo cautivan.

Como podemos ver, estas reflexiones son útiles para el escritor que comienza y que aún ni se mueve con soltura en las técnicas del oficio ni ha creado las propias. Pero también para quien, sin ser escritor ni tener intenciones de serlo, siente curiosidad por el proceso creador y por los fantasmas que persiguen a los escritores durante este proceso. De la misma manera, conocer las vicisitudes de la escritura permite abordar la lectura con otra perspectiva y una mirada menos naïve al respecto de la experiencia que atravesó quien escribió el texto. Permite, quizás, reconocer sus intenciones.

En el último número, el debate “Pagar por editar un libro es ¿conveniente o no?” actualiza una disyuntiva propia del escritor moderno: ¿Qué debe hacer si el mercado editorial no le abre las puertas y dispone de los medios para pagar una publicación? ¿Esta opción goza de la misma validez que la de ser elegido por un editor? Sabemos que no es así porque las editoriales que publican por encargo, por ejemplo, no realizan revisiones ni correcciones de los textos, por lo que el material muchas veces tiene errores y faltas. Pero la frustración y la presión del entorno obligan a muchos escritores a considerar esta posibilidad para legitimar su condición de escritor ante la comunidad. Así, hurgando, desembocamos en un dilema más profundo que asocia directamente la condición literaria del texto y la del escritor como tal a la publicación.

En este punto el puente que tiende La Balandra hacia los escritores noveles es muy sólido y esto se refleja en el resto de las secciones de la revista. “Cómo empecé” es una sección donde escritores consagrados y premiados, como Mempo Giardinelli, Liliana Heker, Guillermo Martínez o Claudia Piñeiro, cuentan sus comienzos. En “Nociones de oficio”, Alejandra Laurencich, directora de La Balandra, desarrolla algunas nociones básicas del trabajo de escritor. “Editores” reúne información, consejos, estrategias y anécdotas para moverse en el mundo editorial. Para el último número, Guillermo Schavelzon, uno de los agentes literarios más importantes de literatura en lengua española de Barcelona, recomienda los pasos a seguir para lograr una publicación. Estas secciones, más la guía actualizada de concursos literarios que ofrece la revista, sus resultados y las novedades editoriales, proveen al escritor de herramientas para integrarse al mundo literario.

Por otro lado, existen las secciones “El escritor como lector”, “Opinión” e “Instituciones” donde podemos encontrar un abordaje más bien crítico. En la primera, como lo indica su nombre, distintos escritores cuentan la historia de su experiencia con la lectura, lo que conforma un mapa de textos y elecciones, una manera de entrar al mundo de lo escrito. En “Instituciones”, La Balandra se encarga de recorrer espacios que constituyan lugares para la literatura. La Fundación Tomás Eloy Martínez que premia trabajos en proceso, el Programa Nacional para el fomento de la lectura “Libros y Casas”, distintas librerías ilustres de Buenos Aires como Clásica y Moderna y Eterna Cadencia, figura importante del nuevo movimiento editorial y, por último, Casa de Letras, una institución de formación de escritores que forma parte de la Asociación Europea de Programas de Escritura Creativa. En “Opinión”, La Balandra cuenta con la participación permanente de la crítica literaria Elsa Drucaroff, investigadora en literatura argentina contemporánea.

Por último, las secciones “Nuevos narradores”, “Narradores extranjeros” y “Traductores” llevan una mención especial. Aquí la revista ofrece una ventana en donde los noveles pueden adquirir visibilidad y confrontar su trabajo con lo que está ocurriendo en el campo literario. En la primera sección, en todos los números, La Balandra publica tres cuentos de distintos escritores inéditos. En la segunda, se da a conocer la actividad literaria de distintas comunidades como la eslovaca, la mexicana, la croata y la japonesa. Para esto indefectiblemente se debe valorar la figura del traductor. En la última sección La Balandra entrevista a traductores de trayectoria en la literatura argentina y expone también parte de su producción.

Tanto los dossiers como las secciones son resultado de un intenso trabajo de investigación y reflexión, diseño y calidad de impresión que hacen de las cien páginas de La Balandra. Otra Narrativa una excelente embarcación con la que cruzar el océano y surcar los mares amplios de la literatura argentina contemporánea.

Notes    (↵ returns to text)

  1. Almeida, Eugenia. “Un año en el mar”, Diario La voz del interior, Argentina, 7 de diciembre de 2012, sección Zoom.
  2. Brindisi, José María. “¿Corregir o no corregir? Una cuestión para el escritor”, La Balandra. Otra narrativa, Nº 2, verano 2011/2012, p. 5.
  3. Enríquez, Mariana. “Imaginación o experiencia ¿Qué ayuda más a la hora de escribir ficción?” La Balandra. Otra narrativa, Nº 3, otoño 2012, p. 13.

Auteur

Laura Gentilezza est doctorante à l'UPEC sous la direction du Professeur María Graciela Villanueva. Sa recherche porte sur le rapport entre l'écriture littéraire et la langue maternelle dans la litérature argentine contemporaine. Elle est titulaire d'une licenciatura en Lettres de  l'Université de Buenos Aires (Argentine).

Pour citer cet article

Laura Gentilezza, La Balandra (otra narrativa), revista, Buenos Aires, ©2013 Quaderna, mis en ligne le 13 janvier 2013, url permanente : https://quaderna.org/1/la-balandra-otra-narrativa-revista-buenos-aires/

La Balandra (otra narrativa), revista, Buenos Aires
Laura Gentilezza

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